5- LA ILUMINACION
Voy buscando mi destino. La realidad la oculta mi fe, si
siento ya conseguido, lo que algún día conseguiré. Si vivo cada momento, pasado
y futuro me dejan ser. Si elijo mis pensamientos, a mis temores puedo vencer.
Me siento bien, me siento bien.
Roberto
Feijoo
Habiendo viajado por más de 20 países, desde el Himalaya
hasta los Andes, incluyendo míticos lugares en Europa, donde he conocido la
espiritualidad consciente, la gente me sigue preguntando si en alguno de estos
lugares encontré la iluminación.
Todavía se sorprenden, cuando les digo que la verdadera
iluminación la tuve en una calurosa mañana de Agosto, en el Hospital de la
Macarena en Sevilla.
Se dio así:
Recibí una carta del Hospital
citándome para recoger los resultados de la revisión ginecológica, que me había
hecho recientemente de forma rutinaria, como cada año. Me extrañó que tuviera
que ir al Hospital pero releí varias veces la carta y así lo decía, “Acuda por sus resultados de la citología,
planta 2 puerta 8, Doctor x, día y hora”.
Así que tranquilamente me fui paseando a la cita, subí a la
segunda planta y en la puerta 8 ponía bien grande, ONCOLOGIA. Por supuesto en
la carta se habrían equivocado, o ¿tal vez no?…
Conté las puertas, por si acaso no correspondía el número.
Pasó una enfermera a la que enseñé la carta y me aseguró que sí que era allí.
Llamé a la puerta y un amable doctor me saludó por mi nombre, me senté frente a
él como un autómata, estaba como anestesiada.
Lo primero que me preguntó es si venía sola, evidentemente
sí, pues no me habían informado de que la cita era en oncología y no lo vi
necesario .Su tono de voz se hizo grave y me explicó que habían detectado, un
Papiloma Herpes Vírico de crecimiento acelerado. Tenían que hacerme cuanto
antes una biopsia, pues ya se había formado una mácula pre cancerígena, que
normalmente derivaba en cáncer de útero.
Antes de oírle terminar la frase, fue como si de repente apagasen la luz, me quedé a
oscuras y de nuevo apareció mi voz interior con un claro: ¡Aprovecha esta oportunidad! Al volver la luz, vi la imagen del
doctor frente a mí, que me estaba preguntando si me encontraba bien. Le dije
que sí y que me informase de las pautas a seguir.
Empezaba el protocolo oncológico, en pocas semanas me harían
la biopsia.
Me levanté y nada más salir del hospital, me senté un buen
rato en un banco, frente al radiante sol de Andalucía en verano. Intenté fundir
un frio intenso que me helaba el cuerpo, eran mis temores. Necesitaba calor,
llenarme de toda la luz posible para afrontar esa situación…
A mi pensamiento venían, todos los enfermos de cáncer que
había acompañado en su proceso y sobre todo mi padre y mi abuela. Incluso me
acordé de una compañera de trabajo, que con el mismo diagnóstico, falleció en
poco más de un año. Ninguno de ellos
estaba ya en este mundo.
En ese momento me costaba creer, que podría ser mi turno,
pues recién había salido de una profunda depresión y me sentía llena de vida,
con muchos sueños por realizar. Me inundó un tremendo calor al pensar en mi
madre, mi familia y amigos.
Esto aclaro un poco mi mente, analice la situación y tome la
decisión. No me veía capaz de contar lo que me estaba pasando, a mis seres
queridos. Pues tal vez podría superar mi miedo al cáncer, pero no el de los
demás
No sé si fue una reacción
inconsciente, orgullosa o de valentía, pero lo hice lo mejor que pude en ese
momento. Aunque tal vez ahora lo haría diferente pues todo ha cambiado, los
demás y yo...
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